Imaginaos una hamburguesería en la que toda la carne que sirviesen fuese ecológica. Que además la picasen cada mañana en su cocina y que de ahí, sin mezclarla con nada más, fuese directa a la plancha. Suena apetecible, ¿verdad? Pues desde el 18 de septiembre esto se ha hecho realidad en Alta Burgersía, un restaurante que ofrece hamburguesas gourmet situado en el emblemático barrio madrileño de Huertas, en la plaza de Matute número 5.
A parte de la calidad de sus hamburguesas, Alta Burgersía ofrece un concepto más moderno que la clásica hamburguesería. Así, en su carta también hay productos como ensaladas, steak tartar o puré de yuca, según explica a cuv3 el dueño del restaurante, el emprendedor Javier Lledó.
El precio medio se sitúa entre los 15 y los 18 euros por persona. La idea de Lledó era conseguir la mejor hamburguesa y que nadie saliese de Alta Burgersía con hambre. Por eso, sus platos son consistentes. Los panes tipo brioche llegan todas las mañanas al restaurante. Nada de congelados. Las patatas son naturales, de las “de verdad”, como las que se hacen en casa. Y para terminar, los postres también son caseros. En definitiva, todo es de máxima calidad y eso se nota.
El precio medio se sitúa entre los 15 y los 18 euros por persona
Además, la zona de la entrada, iluminada con una luz tenue, le da un aspecto informal al restaurante y hace apetecible un gintonic tanto antes como después de la hamburguesa. “Te da la sensación de que estás en un garito”, destaca Lledó.
Gran acogida
Casi ningún proyecto de hostelería empieza dando beneficios, en cambio, Lledó califica estos dos primeros meses como un éxito. De esta forma, han ido cubriendo gastos y generando beneficios. El hecho de estar en el corazón de Madrid hace que la acogida sea mucho mejor. “Hay mucha gente que repite e incluso algunos que vienen todos los días”, dice Lledó entusiasmado.
La mayoría de los clientes de Altaburgersía oscilan entre los 18 y los 36 años, aunque a sus hamburguesas se rinde un público de todas las edades. Lledó remarca que “hasta hace poco una hamburguesería estaba enfocada a gente joven, pero actualmente no tiene límites”.
Comunicación fluida con los trabajadores
Con solo 24 años, Javier Lledó se enfrenta en su día a día a la relación con los trabajadores del restaurante. El emprendedor comenta que la poca diferencia de edad hace que la comunicación sea fluida entre ellos, aunque también genera dificultades. “Piensan que al ser tan joven puedo equivocarme, pero intento tomar las decisiones de acuerdo con ellos”, aclara el joven.
Aunque lo parezca, su intención nunca había sido montar un negocio de este tipo. Fue la cocinera del restaurante, Altagracia, que además lleva trabajando 25 años en casa de Lledó, la que impulsó al joven a emprender en hostelería. “Aunque dicen que es muy sacrificado, le hice caso y cuando encontré un local que merecía la pena empecé el proyecto”, aclara el emprendedor. Después de nueve meses de búsqueda de establecimiento y dos meses de obras, Alta Burgersía encendió sus fogones en septiembre y fue bautizado en honor a su cocinera.
“Yo aquí he hecho all in, voy con todo”
Javier Lledó lleva el sello de emprendedor en la sangre. De hecho, un año antes de acabar la carrera ya había montado una empresa de suministros para oficinas. “Empecé un poco como prueba para ver qué tal iba, con pequeños clientes, hasta que hoy llevo la cuenta entera de mi universidad”, cuenta a cuv3 satisfecho.
“Yo aquí he hecho all in, voy con todo” subraya Lledó, que ha puesto todo su empeño en sacar adelante sus empresas a sabiendas de que corre el peligro de que le salga mal. A pesar de ello, al acabar la carrera decidió dejar las prácticas que estaba haciendo en ese momento para centrarse en sus negocios. Hasta ahora el balance es positivo. Todo ha ido sobre ruedas y lo más importante es que ningún otro trabajo podría hacer más feliz a Javier Lledó.
(Con información de Magda Corno)
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